domingo, 30 de mayo de 2010

Para olvidarnos...

Recordemos,
cotidianamente,
cada uno de nuestros defectos...
... para olvidarnos.

jueves, 13 de mayo de 2010

Perfil en sombra.

Me vienen a la mente todas tus miradas ensombrecidas,
tus débiles pasos delgados,
tus sin colores que desconciertan,
y tus noches atractivas, seguramente varias, que no conozco.


Hoy recorro detrás de tí,
quiero verte en todos tus vestidos, necesito verte,
floreada, oscura, iluminada, cubriendo el color de la muerte,
para saber que la belleza, tan incierta, es así.


Necesito conocerte, claro de noche,
oir tus delgadas palabras,
sentir de cerca, mas de cerca tu fragilidad,
y cruzar mis brazos por sobre tus piernas, oh necesidad.

Hilo reflector.

Hay pequeñas luces, diminutas,
verdes y rojas,
entre puntos estrellados,
entre atomos de color,
las hay,
mientras un paso, dos o tres descubren el resto de la noche.


Hay formas muy diversas,
existen con vida y sin ella,
con alma y sin ella,
aunque todas en noches en las que dejan de ser
cruzan una mirada, una sonrisa
esperando algo más que atención.


Hay pasos, primerizos,
intencionalmente austeros, de negro,
en los cuales los colores y las formas
cruzan sus miradas en segundos,
tan solo por segundos,
mientras algo de alcohol continua su recorrido.


Y al final,
hay la mezcla de todo,
con personajes de muchas personalidades
habitantes de otros territorios
diosas enjauladas en su cuerpo
y caminantes de noche.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Pasajero.

Ahí va, ahí va...
Decía ella, susurraba,
con nostalgia, murmuraba,
ahí va, ahí va...

Y dejando su recuerdo pasó.

martes, 4 de mayo de 2010

Necesidad de mí.

Y he vuelto a caminar de noche,
por pasillos, por pasajes, por calles sin luz,
y es que a ratos me reconozco incierto, solitario,
olvido mi ayer, mi reciente ayer y camino como para morir.

Y todo eso se disfruta,
mas con frío, mas con gotas, gotitas de lluvia,
buscando el sentido a los años,
me deslumbro fácilmente con las sombras de noche.

Y siento al alma egoísta,
sin quererse compartir,
fuerte se desvanece entre ramas,
sobre hojas secas, muy secas.

Y podría caminar así,
muchas, muchísimas horas...
dejando de lamentar los amores,
hasta la siguiente mala decisión.